Sí, estás leyendo bien, los visores cartográficos ilustran hasta el más íntimo detalle de la cartografía identificando en este caso los lugares donde mascotas hacen sus necesidades y quedan abandonadas. Hoy os traigo Poonarth, el visor cartográfico de excrementos, algo que en principio nos puede producir rechazo pero con un trasfondo ambiental interesante.
El que más o el que menos ha pisado alguna vez una caca de perro en el parque. Dicen que da buena suerte, pero ahora la buena suerte tiene los días contados con este visor que permite identificar la localización de las cacas de nuestras mascotas por los parques. Como dato interesante para este visor se puede observar las características de estas peculiares “minas” así como advertir si han sido ya pisadas o si llevan varios días sin ser recogidas por los dueños.
El procedimiento para gestionar Poonarth es sencillo. Basta con acceder a la zona donde hemos encontrado una caca que no ha sido retirada por los dueños de sus mascotas e introducir el puntero de coordenada en forma de mojón. Peculiares iconos ilustrarán las coordenadas de estos atributos que convierten al visor, cuanto menos, en uno de los visores cartográficos más curiosos que he llegado a ver. Sin problema alguno, podremos editar estos iconos asignándo el periodo de tiempo que las cacas llevan en el parque o si han sido ya pisadas en algún momento. Para ello, al introducir la coordenada del lugar, podremos especificar el tiempo que lleva el excremento en el parque o indicar si ha sido pisado. La franja temporal del excremento en el parque nos mostrará un curioso icono con mayor o menor frescura. Y la especificación de haber sido pisado o no nos deleitará con un icono en forma de pisada.
Una vez hemos introducido los datos, quedará constancia de la localización de la caca y podremos acceder al resto de datos pinchando en cada una de las coordenadas para indagar su evolución en el tiempo.
Aquí queda una versión curiosa y graciosa de los SIG con cierto potencial para advertir las zonas verdes más desconsideradas o a las que mejor no acercarse si no queremos volver con sorpresas en nuestros zapatos.