Quizá, los que trabajamos con los Sistemas de Información Geográfica, nunca nos hemos parado a pensar cómo trabajar con mapas para ciegos. Aunque no lo creamos, el sentarse delante de una pantalla y observar imágenes aéreas o digitalizar elementos es un privilegio que la gente invidente no puede disfrutar. ¿O sí? ¿Cómo podemos realizar un mapa para este colectivo tan interesante?
La base de estos mapas radica en la sensibilidad del tacto. Todos estamos acostumbrados a ver un mapa y orientarnos espacialmente sobre él, pero este colectivo no sólo puede orientarse, también puede conocer información adicional gracias a las texturas que presentan estos curiosos mapas. Aunque sea una desventaja, este tipo de mapas puede llegar a aportar más información de lo que aporta a un técnico habitual por medio de la vista.
La elaboración de los mapas táctiles parte de la creación de mapas análogos a los que estamos acostumbrados, pero con la salvedad de mostrar los elementos en relieve. De esta forma, cualquier usuario puede guiarse a través de sus dedos, ubicarse espacialmente utilizando los elementos como referencia, recorrer longitudinalmente elementos y además advertir datos adicionales por medio de variables hápticas, que permiten proporcionar información con ayuda de texturas, formas, densidad de punteado, etc.
Para llegar a este punto es importante identificar cómo estas personas sienten y perciben cada tiop de variables hápticas con el fin de afinar los elementos a las sensaciones perceptibles por los usuarios. Adicionalmente tienen que tenerse en cuenta los tipos de materiales a utilizar, debiendo tener la suficiente resistencia y flexibilidad para su mantenimiento permanente. Las actuales impresoras 3D tienen grandes aplicaciones en este sector a la hora de definir con precisión este tipo de elementos con sus texturas y distancias perfectamente calibradas.
Ejemplos de software destinado a estas funciones los encontramos con SolidWorks 3D, Aplicaciones como MapTac3D, disponibles para QGIS, permiten desarrollar este tipo de cartogroafía e imprimir mapas 3D haciendo equivalencias de simbología a texturas. Líneas continuas pueden determinar redes hidrológicas, puntos cuadrados ayudarán a identificar ciudades o líneas punteadas nos expresarán límites de fronteras. Iniciativas como Tracktile suman a esta realidad táctil sonidos característicos de cada una de las zonas del mapa de manera que tacto y sonidos se superponen para expresar la realidad del territorio.
Elementos como la leyenda o la escala no son un impedimento en los mapas para ciegos. El Braille permite a este colectivo leer sin problemas la leyenda de estos mapas, el título o las coordenadas espaciales gracias al tacto y a la simplificación del texto.
Sin duda alguna, un reto mayor que el de elaborar un mapa de manera habitual. Y en estos casos, a diferencia de la realidad en el mundo de los SIG, se pone empeño en obtener un mapa de calidad y resultados claros.