Los drones han entrado en nuestro país como “juguete” siendo uno de los objetos tecnológicos más vendidos durante las navidades. Quizá el regalo perfecto, ya sea un dron de gama baja o de gama media. Pero una vez que tenemos nuestro dron, ¿qué podemos hacer y no hacer para no infringir la legalidad? Hemos de ser cautos y diferenciar entre el uso recreativo de estos aparatos y el uso profesional. En función de nuestras perspectivas tendremos que tener en consideración ciertas premisas.

Si queremos volar nuestro drone a modo recreativo tenemos que tener en cuenta que, este «juguete», no deja de ser una aeronave capaz de invadir espacio aéreo y puede buscarnos problemas si no lo utilizamos correctamente. Aunque parezcan juguetes no debemos verlo con esos ojos. Para volar un drone no es necesario ser piloto, pero sí extremar las condiciones de seguridad y volarlo bajo ciertas premisas establecidas por la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA). De la misma forma que debemos conducir un coche con precaución deberemos hacer lo mismo con un drone.

Lo primero que debemos hacer cuando nos metamos en el mundo del dron con fines de ocio es ser cautos y precavidos. Nunca sabemos lo que podrá pasar si una racha de viento nos tira la aeronave y genera un daño importante. Por ello, aunque no es obligatorio, es recomendable disponer de un seguro de responsabilidad civil que nos cubra. Los potenciales daños que causemos deberán ser cubiertos por nosotros y estaremos desnudos si no estamos cubiertos por un seguro.

Todos los drones llevan incorporado un número de serie, por lo que deberías incluir en tu aeronave (y en el mando) el número de serie del dron, tu nombre y un número de teléfono de contacto. En ocasiones oirás que hay que incluir la matrícula del drone. Esta matrícula sólo se asignán a RPA de más de 25 kg. Si tu aeronave se pierde quizá tropieces con alguien que la encuentre y se ponga en contacto contigo. Si existe algún problema legal también podrán contactar contigo (para lo bueno y para lo malo).

Deberás tener en cuenta que tendrás que tener siempre un contacto visual permanente con tu drone sin sobrepasar una distancia de 500 metros y una altura de 400 pies (un poquito más de 120 metros sobre el terreno en el que estamos volando). Aunque 500 metros te parezca poco, pronto verás que pasados escasos 100 metros apenas podrás ver tu aeronave. No olvides tener en cuenta la distancia de control entre tu mando y el drone, siempre tenemos que asegurar el control con la aeronave en cualquier distancia por pequeña que sea, máxime si volamos en condiciones BVLOS.

Antes de elevar el drone y comenzar a volar establece un radio de seguridad de 5 a 20 metros para evitar que durante su control puedas colisionar con terceras personas. Siempre has de volar en condiciones meteorológicas visuales y con la suficiente claridad visual para ello. El vuelo nocturno con drones no está permitido. Aunque veas en tu dron luces llamativas no son para verlo de noche sino para indicarte situaciones de emergencia y la orientación que lleva respecto a nosotros. Por norma general, las luces verdes te mostrarán la parte trasera de tu drone y las luces rojas la parte delantera. Así podrás orientarte espacialmente con mayor facilidad.

Podrás tomar imágenes siempre que no interfieran con la privacidad de terceras personas o estés tomando imágenes que puedan poner en riesgo algún tipo de seguridad privada o pública. Nunca deberás seguir objetos en movimiento con tu drone ni realizar vuelos mientras te mueves (por ejemplo, en coche). La percepción espacial es importante para moverse con tu aeronave.

Nunca deberás volar en zonas aéreas controladas. Podrás volar tu drone en zonas apropiadas para ello como las zonas de aeromodelismo. Está prohibido volar sobre aglomeraciones de personas, edificios y pueblos o ciudades. Si decides volarlo asegúrate de que no existan personas y zonas urbanas en las inmediaciones para evitar poder causarles daños o que se sientan observados.

No podrás volar cerca de aeropuertos o aeródromos. Dependiendo del tipo de aeropuerto se establecen unos radios de entre 8 y 15 kilómetros (para vuelos instrumentales y vuelos visuales), por lo que asegúrate de mantenerte lejos para no interferir en la actividad aérea de los aviones. Además existen zonas especiales donde se llevan a cabo actividades deportivas como el paracaidismo, aladelta, etc. No podremos volar en estas zona si existe peligro de interferir en esta actividad. Puedes localizar con facilidad estas zonas a través de cartas náuticas de AESA.

Recuerda que no puedes utilizar tu dron para fines profesionales salvo que dispongas de una habilitación para ello y hayas sido contratado por un operador que fuera dado de alta por AESA. Un piloto oficial, independientemente de que disponga de una habilitación para el uso de drones, no puede realizar trabajos si no es contratado por un operador de forma legal.

En cualquier caso, recuerda lo más importante: no pongas en peligro a terceras personas, la responsabilidad es siempre del piloto y respeta la intimidad de las personas.

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